Parece que fue ayer cuando Patricia y yo, caminando por la Avenida Gaspar Aguilar de Valencia, nos metimos en un bajo atraídos por una exposición de fotografía que narraba con imágenes el pique entre Nueva York y Québec. En un par de meses iban a impartir en el mismo local un curso de iniciación de manejo de cámaras fotográficas, por el módico precio de 30€ (hacía tiempo que íbamos buscando algún curso para dejar de usar la réflex - por aquel entonces de carrete - en el socorrido modo automático, pero los precios eran astronómicos), así que decidimos apuntarnos a este curso. Además por el precio del curso teníamos los tres primeros meses de cuota de socios incluídos, con la idea de darnos de baja del club pasados esos tres meses........y ya llevamos 72 meses como socios.
Nos engancharon las actividades, las salidas, los talleres, las cosas que aprendíamos y sobre todo el nuevo grupo de amigos que habíamos hecho. Incluso amigos nuestros de antes se han hecho socios del Foto Club Valencia atraídos por la fotografía y por las aventuras que les contábamos.
En 2009 nos atrevimos Patricia y yo a montar una exposición de fotografías, "Miradas de Etiopía", en la que mostrábamos a nuestra familia y amigos cómo era el país donde nació nuestro hijo. El viejo local se quedó pequeño con la cantidad de gente que se dio cita en la inauguración.
Ya en el nuevo local, y atraído por el embrujo del laboratorio fotográfico que tenemos, me atreví con la exposición de fotografías "Luz Roja", que también da nombre a mi blog (de hecho esta es la primera vez que escribo desde la exposición). Gracias a mis padres, familiares, amigos y Ebay, pude hacerme con una colección de cámaras antiguas, y no tan antiguas (latas de galletas convertidas en cámaras estenopéicas). En esta exposición pude poner en práctica la fotografía de toda la vida, la química (me niego a llamarle analógica). Es muy gratificante disparar en RAW y luego poder hacer algo de magia ajustando los parámetros en el ordenador, pero que aparezca una imagen delante de tus ojos en un papel blanco mientras se da un baño en revelador.....eso sí que es magia!!!
Mi primera fiesta de aniversario del Foto Club Valencia fue la de los 79 años. Desde entonces ha ido entrando y saliendo gente, nos hemos cambiado de local, nos hemos adaptado a las nuevas tecnologías (Facebook, Whatsapp, nueva página web, nuevo blog, canal de videos), pero la esencia sigue siendo la misma: buen rollo, buena gente, y pasión por la fotografía. Hace un tiempo, haciéndome una revisión me dijo el médico preocupado que veía en mi análisis de sangre un parámetro elevado de un compuesto que desconocía. Le pedí que me dejara ver los resultados y le expliqué: tengo un alto índice de fotografía en la sangre.
